El amor no entiende
de papeles, ni de lazos.
El amor no conoce
las normas sociales, ni eclesiásticas.
El amor se construye
paso a paso,
gesto a gesto,
beso a beso.
El amor se nutre
de las miradas,
de las caricias,
de la complicidad.
El amor se sostiene
gracias a la ternura,
gracias a la mutua comprensión,
gracias al respeto.
El amor camina
junto a la belleza de las sensaciones
y la algarabía de los sentimientos.
El amor se desliza
por la noche
saltando de estrella en estrella
y por el día
subido en un cálido rayo de sol.
El amor nos ayuda a envejecer
con la inocencia de un niño,
la serenidad de los años
y la alegría de haber cedido ante él.
El amor por si solo
es capaz de construir
la FELICIDAD.